Era un 24 de diciembre por la noche , en el país de Gales . A corta distancia del pueblo Brecon, en la granja Thomas, se estaba llevando a cabo una fiesta con unos 15 invitados, entre los que se contaban el comisario del pueblo, el veterinario y unos cuantos granjeros vecinos. A mitad de la fiesta la señora Thomas noto que se había acabado el agua y al ver que los adultos estaban enfrascados en una cálida conversación, decidió enviar a su hijo Thomas al pozo que se encontraba a solo unos metros de la casa. La señora se arrepentiría de esto por el resto de su vida.
A escasos segundos de salir de la casa, todos los invitados oyeron los gritos de terror de Thomas que gritaba "¡Auxilio! Me llevan". Al oír los gritos todos los invitados salieron de la casa disparados sosteniendo armas y palos, pero no lograron ver nada. Siguieron el rastro de las huellas de Thomas por unos 20 m y luego de esa distancia las huellas se cortaban abruptamente. Unos segundos desconcertantes pasaron, hasta que volvieron a escuchar la voz del pequeños pero esta vez, el sonido provenía por encima de sus cabezas. Alarmados todos intentaron ubicar la fuente de los gritos y los alaridos de Thomas, pero era en vano el sonido venia mas alla de las espesas nubes. Así que tuvieron que escuchar impotentes como la voz del pequeño Oliver Thomas se perdia en el cielo para no volver a ser oída jamas.
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